Ballantine's.





















Creemos que sabemos quienes somos, pero no es así, no hasta que nos ocurre algo malo, y entonces todas las cosas sin importancia se vienen abajo y nos queda lo que en realidad somos.
Laura.

Destino.


+ ¿Tú crees en el destino?
- ¿Destino? ¡Já! Para mi el destino no existe, no puedo creer que todo lo que he hecho, cada paso que he dado en mi vida, ha sido por puro azar.
+ ...
- ¿Crees tú en él?
+ ¡Claro que sí! No existe la casualidad; lo que parece un mero accidente, surge del destino. Algo que crees que nunca podrá pasar, puede llegar a hacerse realidad si está escrito.
- ¿Cómo puedes decir eso? ¿No ves que creer en él es una estupidez?
+ Prefiero creer en estupideces si eso me lleva hasta ti.
Laura.

Jodidamente enamorada.


Y sentir esas mariposas en el estómago, ese nudo en la garganta, esa sonrisa que me sale al verte, y pensar:
     << Estoy jodida >>.
O lo que es lo mismo; enamorada.
Laura.

Sólo faltabas tú.

Sólo necesitaba una maleta, un pasaporte y muchas ganas de embarcar hacía un lugar desconocido.
Necesitaba sentirme libre, sin inseguridades ni miedos. Gente nueva, ambientes nuevos, todo nuevo. Cambio radical. Visitar lugares donde cada rincón y cada momento fueran únicos. Un lugar en el que hacer millones de fotos para recordar cada momento, cada minuto, cada segundo. Donde pudiera ser yo misma, sin pensar en el qué dirán. Donde la gente no me juzgara por lo que he sido, sino por lo que soy. Quizás lo que necesitaba era tiempo, tiempo para arreglar todo lo malo que había pasado. Tiempo para repararme a mí misma, porque pegar tiritas en cortes muy profundos no sirve; necesitaba tiempo y esperanza. Esperanza en que aquello fuera una gran página de mi vida. Esperanza en dejar el pasado atrás y centrarme en mi presente; nuestro presente. Tenía todo lo necesario para empezar de cero. TODO. ¿Pero sabes una cosa? Me faltaba lo más importante; tú.
Laura.

Inseguridades

Me estaba comiendo el mundo, iba por las calles súper segura de mi misma pero algo lo cambió, un hecho que significó un cambio radical en mí en esa época de mi vida. Alguien me hizo ver que me quería comer un mundo de mayores en el que yo solo era una niña.
Pensaba que lo tenía todo controlado, que no me hacía falta cuidar las amistades, que jugar con los chicos no estaba mal, pero eso me paso factura, todo se volvió en mi contra, y me hizo dudar de esa seguridad que tenia en mí misma.
Una cara bonita pero un cuerpo común, incluso un poco rellenita, grande, al menos eso era lo que me decían todos y poco a poco me di cuenta que todo lo que yo había pensado de mí no era como me veía la gente. Llegó un chico que tuvo el suficiente valor como para decirme que de cara no estaba mal pero que el cuerpo era gordo y eso me terminó de hundir por completo.
Y ahora en la actualidad, tengo una hermana que nunca me ha apoyado, en la que nunca he podido confiar, quien no respeta mis gustos y sí que me hace respetar los suyos, quien me dijo que yo no llegaría a nada, que en mi familia estaba el gen de caerle mal a todo el mundo, que las amistades no me durarían nada.
Cada vez que me dice algo me va causando más y más inseguridad, contra la que yo intento luchar día a día pero que me va comiendo hasta que llega el día que no aguanto más, me da ese bajón de no poder parar de llorar y no se por qué.
Y después de todo eso aun pretendo sonreír todas las mañanas, aun pretendo volver a ser esa chica segura de si misma que iba por la calle con una sonrisa, sin miedo a nada, esa que sabe que siempre podrá confiar en sus amigos, la misma chica que al principio pensaba que llamaba la atención y que cualquiera se podía fijar en ella.
Pero cuesta, cuesta mucho recuperar la auto estima, y perderla no cuesta nada.
Así que cuando ahora me culpe de no tener seguridad en mí misma, cuando llore sin motivo alguno me consolaré pensando que tengo motivos para hacerlo.
Clara.

Juego fácil.


Cada día pensamos en infinidad de cosas. ¿Qué me voy a  poner para salir?, exámenes, trabajos, ¿qué haré el fin de semana?, en ese chico o chica especial, ¿qué será de mi vida?, ¿con quién estaré?, en cosas que quieres decir pero que no tienes el valor suficiente... Tonterías. Todo son tonterías. Cosas que al final no nos aportan nada, sólo preocupaciones y más preocupaciones. Y por eso me gusta jugar a un juego. Un juego que se llama "no pensar". No pensar en todos los exámenes y trabajos que hay por hacer. No pensar en si estamos con alguien o solo. No pensar en lo que hice mal o lo que hice bien. No pensar en el pasado o en el futuro. No pensar en NADA. Solamente vivir casa momento como si fuera el último, y disfrutarlo. Disfrutarlo hasta que te duela la tripa de reír y las mejillas de sonreír al mundo. Porque hay veces que por pensar demasiado, las oportunidades de ser feliz, simplemente, se van.
Laura.

Gracias Disney.


Culpo a Disney por mis altas expectativas en cuanto a hombres.

Laura.